¿Qué son las "<i>fake news</i>"? Bueno, las "<i>fake news</i>" son las que constituyen este ecosistema informativo al que se le ha llamado "postverdad". Según el Diccionario de Oxford, es un conjunto de circunstancias en las cuales la opinión pública no se construye por los datos y los hechos, sino por las emociones que confirmen una cierta realidad. Así, tenemos que las "<i>fake news</i>" apelan a ese sistema, incluso cerebral que tenemos, de tratar de estar siempre en lo correcto, tratar de siempre tener la razón y adaptar los datos, o escoger los datos, para que se confirmen nuestras creencias personales, nuestros odios, nuestros miedos e, incluso, también nuestras esperanzas. Y, en ese sentido, las "<i>fake news</i>" construyen un ecosistema donde tú puedes seleccionar las noticias falsas que te confirmen y desechar las que te contradigan en tus creencias personales. Las "<i>fake news</i>" tienen la particularidad de que viajan más rápido que las noticias verdaderas. Según un estudio del MIT, las noticias verdaderas tardaron seis veces más tiempo en llegar a ser compartidas por usuarios de Twitter, Facebook, Instagram, porque los periodistas profesionales llegan más tarde a los lugares, se toman el tiempo de verificarlo, en algunos casos, y compiten todo el tiempo con lo que se llama el periodismo ciudadano, es decir, lo que todos tenemos en la mano, que es un iPhone que puede grabar, y eso se le considera una noticia de primera mano. Por eso, las noticias falsas viajan más rápido que las verdaderas. El hecho de que las noticias falsas viajen más rápido que las verdaderas, tiene que ver con cómo está estructurado el ecosistema informativo en el mundo. El negocio es quién le da más clics a una página y, por lo tanto, no importa si es verificable o no, lo que importa es que se haga viral. Y hemos confundido, en muchos casos, lo viral con la confirmación. Esto quiere decir que cuando tú le das clic a una noticia falsa, así sea por morbo, lo que estás haciendo es darle dinero y estimulando las noticias falsas. Está el caso de Dimitri en Macedonia, que se ha usado ya de ejemplo de muchas cosas, que le ayudó al Partido Republicano a que ganara Donald Trump, poniendo noticias falsas de Hillary Clinton, y ganó cerca de 600.000 dólares a la semana. Las "<i>fake news</i>" se componen de cinco elementos. Se utiliza un nombre reconocible, casi siempre una "<i>fake news</i>" no es sobre algo, sino sobre alguien, más bien, contra alguien más que contra sus ideas. Ustedes pueden ubicar siempre una "<i>fake news</i>" porque tiene muchas más reacciones, opiniones y adjetivos que hechos. El segundo punto es que está validada por algún medio institucional o alguna celebridad. Puede ser el falso portal, por ejemplo, del <i>Wall Street Journal</i>, puede ser una celebridad que ha sido pagada para decir la noticia falsa, del cine, de la televisión, incluso de YouTube. Por otro lado, se apela a nuestras emociones más que a nuestro intelecto. Por lo tanto, siempre la "<i>fake news</i>" traerá consigo una emoción de indignación, de odio, de miedo. Y también utiliza este asunto de la primera mano, el hecho de estar en el lugar, de estarlo grabando con un iPhone, significa, según las "<i>fake news</i>", que es más verdadero que lo demás. Estas características se pueden encontrar en el caso mexicano de Frida Sofía. Frida Sofía fue una niña que la televisión inventó, junto con la Marina y la Secretaría de Educación Pública, durante el terremoto del 19 de septiembre del 2017 en la Ciudad de México, y contenía todas los características de la "<i>fake news</i>". Es decir, tenía un nombre reconocible que era Frida, puede ser por Frida Kahlo o por el perro que se había utilizado en los mismos rescates. El hecho era real, había habido un terremoto y se había caído una escuela, el colegio Rébsamen, y se apeló a la emoción de ver cómo eso se desenlazaba en un final feliz. Todos esperaban que sacaran a la niña. Fue validada por un medio institucional, en este caso Televisa de México, que es un monopolio de la televisión, y se usó también esto del primera mano. Estaba una reportera con un lugar privilegiado en las ruinas del colegio diciendo: "Aquí estoy, la niña está bien, ha tomado agua, está debajo de una mesa", etcétera. Lo único que era falso de todo esto, en la construcción, estaban seleccionados los elementos para que pareciera verosímil, y lo que era mentira es que esa niña Frida existiera. La niña Frida nunca existió, y se toma como un ejemplo de las características que tiene una "<i>fake news</i>". Para confirmar una noticia es necesario estar, digamos, alfabetizados mediáticamente, es decir, no tomar pasivamente los contenidos que nos llegan. Las "<i>fake news</i>" casi nunca las buscamos, sino que nos llegan, nos llegan a los teléfonos, con base en los algoritmos nos llegan a nuestras búsquedas de Google y, por lo tanto, hay que hacer algo más que recibir pasivamente las noticias. Hay que hacer una investigación de algunos puntos. El punto número uno es quién lo hizo, no quién te lo mandó porque te lo pudo haber mandado un conocido en el que confías mucho, tu tío, un compañero de la escuela, pero eso no es lo importante. Lo importante es de dónde surgió esa información, quién es el autor, el contexto de por qué ese autor, cuáles son las motivaciones de ese autor para decir esa noticia falsa, si es falsa o no es falsa. El otro punto es pensar que toda noticia deja afuera algo. Las "<i>fake news</i>" se ubican más o menos rápidamente porque dejan afuera mucho. Digamos, se va directamente a una emoción, es decir, se da una especie de opinión o una especie de reacción y se va directamente a una opinión, y no hay muchos datos en torno a ello. Por ejemplo, un asalto, asaltaron a una amiga de un amigo, no hay nombres, en una colonia de la Ciudad de México está subiendo la delincuencia, le pedimos a las autoridades que renuncien si no pueden con este problema. Bueno, ahí no hay ningún hecho, no hay ningún dato, simplemente es una reacción, y eso es clásico de una "<i>fake news</i>". Conocemos varios tipos de noticias falsas o engañosas, siempre son para infamar o desacreditar a una persona. Como ya dije, nunca se habla sobre las ideas de esa persona, sino sobre la persona. Conocemos varios tipos. Por ejemplo, la réplica falsa de una publicación real, se ha dado en el caso del <i>Wall Street</i>, del <i>New York Times</i>; contenidos fabricados para engañar y dañar, que se distribuyen sin que el usuario los busque, es decir, le llegan a su celular; cuando el titular o la imagen no coinciden con el contenido, es decir, se le contextualiza con datos falsos; cuando se usa una fotografía real para incriminar a alguien, por ejemplo, en México es muy común un personaje público retratado con un delincuente, y eso se considera que está contagiado sólo por esa imagen; cuando esa misma fotografía se truca con otro personaje; cuando se cambia el audio de una entrevista real. Hubo un caso muy claro en México, donde una entrevista con Tony Blair, se cambió el audio y hablaba mal del presidente de México, y cuando oías el audio real sólo hablaba de la cantidad de población que tenía México. Cuando un video es actuado o es un montaje de un hecho conocido. En México hubo varios casos de montaje, el de la francesa Florence Cassez fue el más significativo. O también se puede tomar una imagen real y se le modifica poniéndole una música chusca o algunos gráficos que tienden a la payasada. Eso también es un tipo de "<i>fake news</i>". Los lectores estamos enfrentados ahora a nuevos tipos de aplicaciones. Por ejemplo, las modificaciones de audio se han hecho realmente muy fáciles de hacer, puedes tomar tu programa de Adobe y hay una cosa que se llama Voco, que puede modificar el audio, y ya hay experimentos para modificar los gestos de alguien de tal manera que digan lo que no dijo. Por lo tanto, es urgente que los lectores nos alfabeticemos mediáticamente, o los usuarios nos alfabeticemos mediáticamente, de tal manera que nuestra actitud frente a las noticias sea tratar de contextualizar, tratar de ver si esa imagen, por ejemplo, es real, de dónde salió, si está trucada o no. Esto es muy fácil de hacer si vamos a Google Imágenes, ahí aparece esa misma imagen las veces que la han transmitido, y podemos ver si hay diferencias entre la que nos mandaron y la original, o sus versiones. Y, en el caso del texto, las direcciones URL, siempre a la mitad, cuando es una "<i>fake news</i>" tienen un número absolutamente absurdo o incomprensible, o letras incomprensibles, y eso quiere decir que no pertenecen a un medio institucional. Aunque no estoy diciendo que los medios institucionales no caigan en las "<i>fake news</i>". Todo esto tiene que ver, finalmente, con nuestro derecho a la información, que es un bien público la información, y con nuestra responsabilidad como ciudadanos, porque finalmente la información que recibimos y que compartimos, va constituyendo la medida en la cual los ciudadanos votamos. Y, si una sociedad desinformada, llena de "<i>fake news</i>", vota, pasa lo que pasó en Brasil con Jair Bolsonaro, es decir, que ganó con base en mentiras del régimen anterior, o con Donald Trump que se hizo pasar, él, que era un empresario, por alguien que estaba en contra de <i>Wall Street</i>. Es muy importante también que los periodistas no piensen que su responsabilidad pública se queda en que le hagan muchos clics a la nota que escribieron, sino que tienen una responsabilidad con la democracia al tratar de dar una información que tenga hechos, que no sea meramente emocional, y que ayude a los lectores a generarse una opinión propia. Y los lectores, también estamos obligados a investigar algo más que lo primero que nos sale en Google, algo más que la Wikipedia y algo más que lo que nos llega a los celulares. Finalmente, el periodismo se trata no de ser célebre porque sí, sino por la responsabilidad que tienen los periodistas de mirar el mundo a través de los ojos de otros.