Ethereum es una red "blockchain" pública, pero que no se limita a los intercambios financieros, sino que permite la creación e implementación de aplicaciones descentralizadas diversas, denominadas "DApp". Es decir, de aplicaciones informáticas, software de código abierto, es decir, el código fuente en el que está programada la guía forma parte del dominio público, está abierto, puede ser modificado por los usuarios del sistema si se logra el consenso suficiente por la mayoría de ellos. Estas DApp son muy parecidas a las aplicaciones web, pero, están diseñadas para ser ejecutadas en el entorno "blockchain" y no requieren de un intermediario o un servidor central para funcionar, gestionar o controlar la información o acciones de un determinado usuario. Las DApp conectan directamente los usuarios y dependen de los propios usuarios, y funcionan con los mecanismos de consenso propios del sistema "blockchain", como el antes referido algoritmo "prueba de trabajo". En una aplicación centralizada, una "app", por ejemplo, WhatsApp, cuando un usuario envía un mensaje, antes de llegar este mensaje a su destinatario, la información se alojará en el servidor central de la aplicación, que es propiedad de Facebook, que es quien regula, quien controla, quien gestiona dicho contenido que se genera en la "app". Los usuarios, lo que ven en sus dispositivos electrónicos es una parte de la "app", el denominado "frontend", la parte gráfica, nuestros contactos y perfiles, etcétera, pero, la mayor parte de dicho contenido de la aplicación no se almacena en los dispositivos electrónicos de los usuarios, sino que está alojado en el servidor central, que depende de la autoridad central, el "backend," en ese caso, Facebook, en el ejemplo expuesto. El funcionamiento de la "app" centralizada, como WhatsApp, es una constante interacción entre los usuarios, "frontend", y el servidor central, "backend", de forma que el servidor va enviando al usuario la información que almacena en el propio servidor, para que aquel usuario pueda verla cuando lo solicite y según las funcionalidades propias que permite la "app" concreta. En una DApp no existe intermediario o autoridad que controle las operaciones, como tampoco un servidor central donde se aloje la información. Esas funciones de control, de gestión, de administración de datos y de transacciones que suceden en las DApp están distribuidas entre todos los usuarios, gracias a la tecnología de bloques, la tecnología "blockchain". Las operaciones que están encriptadas se validan por todos los nodos, usuarios de la red, Ethereum, por lo tanto, se validan, nos estamos refiriendo al consenso distribuido que hemos definido anteriormente, y cada nodo guarda en su "ordenador", para entendernos, una copia idéntica e inalterable del registro, manteniéndose la DApp con los recursos informáticos de cada uno de ellos, de todos ellos, quienes reciben recompensas por su trabajo en forma de criptomonedas "ether"; que, como es conocido, puede ser utilizada como un medio digital, virtual, como dinero en efectivo, en definitiva. En las DApp, "el backend" al que nos referíamos anteriormente, está conformado por lo que se conoce como "smart contracts", "contratos inteligentes", es decir, programas informáticos, software, por lo tanto, no "contratos" en el sentido jurídico del término, sino, software que se autoejecuta a sí mismo cuando se dan las condiciones para las que fue programado para ello. Sobre ello, volveremos en un momento posterior. Por lo tanto, las DApp, que todas adoptan la forma de una aplicación móvil o página web, "frontend", interactúan con dichos software, con dichos contratos inteligentes, para desarrollar las funciones para las que fueron creadas dichas DApp. Dichos contratos inteligentes autoejecutables vienen a sustituir la figura de aquel servidor o autoridad central de las "apps" centralizadas. Así como en la plataforma "blockchain" de Bitcoin se registran y almacenan saldos y transacciones financieras, y las aplicaciones de la red "blockchain" de Bitcoin fueron diseñadas exclusivamente para ello, la plataforma Ethereum fue concebida de forma completamente diferente, totalmente diferente. Los softwares que mantiene la plataforma Ethereum es la denominada "la máquina virtual de Ethereum", y que se ejecuta en su red "blockchain", permite que cualquier usuario cree y ejecute cualquier tipo de aplicación DApp. Es decir, no se trata de la creación de una nueva cadena de bloques para una aplicación concreta, como sucede en Bitcoin, sino que puede ilustrarse la función de la plataforma Ethereum, con la que cumple un sistema operativo en el que se crean e implementan "apps" de todo tipo. Imaginemos, por ejemplo, Android o iOS. Pero, en Ehereum, todo ello sucede en un entorno "blockchain" público, totalmente descentralizado y automatizado mediante el uso de contratos inteligentes, "smart contracts". Lo que analizaremos este último, a continuación. En definitiva, potencialmente, Ethereum posibilita que un servicio que habitualmente se preste centralizado, además de transferencias en dinero entre personas, registros de activos de todo tipo, inmobiliarios, de derechos de autor, sistemas de votación, contratos legales y su ejecución mediante "smart contracts", entre otros muchos ejemplos, pueda prestarse de forma descentralizada, sin intermediarios, a través de contratos de "smart contracts", software que permite esta autoejecución del contenido para el que fue programado. Ethereum brinda a los creadores de DApps, la seguridad propia de una gran red de nodos "blockchain". Hecho que implica que dichos creadores no deban destinar recursos a ello, como por ejemplo los costes que supondría crear una nueva red "blockchain" exclusiva para la DApp concreta y, además, ofrece a dichos desarrolladores de DApps, la interoperabilidad con las demás DApp que han sido creadas y programadas para utilizar el mismo lenguaje informático que se utiliza y que se implementa en la plataforma Ethereum. En relación con el potencial de Ehereum de prestar de forma descentralizada, prácticamente cualquier servicio tradicionalmente centralizado, surge el concepto de "tokenización de activos". Básicamente, la "tokenización" de un activo significa la representación abstracta digital de un activo, es decir, cualquier información, bienes o derechos de los que se admita su representación digital y su vinculación a lo que se denomina un "token". En un sencillo ejemplo, el ascensor comunitario de un inmueble puede estar conectado al conocido Internet de las cosas y en la "blockchain" puede crearse una representación digital, es decir, un "token" de dicho ascensor en concreto, que lo identifica y lo representa, y a su vez, ese "token" que representa al ascensor puede vincularse a través de una DApp a un "smart contract", a un contrato inteligente, con una funcionalidad determinada; y por ejemplo, en caso de una incidencia técnica, el contrato inteligente se activará, contactando con el servicio técnico, y finalizada la actuación de dicho servicio técnico, el contrato inteligente automáticamente emitirá la correspondiente orden de pago al proveedor y según las cuotas de participación que correspondan a cada vecino. Otros muchos ejemplos son posibles, pues pueden "tokenizarse" bienes y derechos susceptibles de representación digital y, en definitiva, un "token" representará todo aquello que las partes pretendan que represente, en correspondencia con un activo real, un inmueble, las participaciones en una sociedad, una obra de arte, metales y piedras preciosas, joyas, una cartera de inversión, etcétera. "Tokenizado" este activo, a él se vinculará un contrato inteligente que determinará a qué da derecho la tenencia del "token".