Segmentaciones negativas.
Al igual que las palabras clave de la red de búsqueda, las segmentaciones en display
se pueden usar de manera positiva, marcando a qué usuarios queremos apuntar.
O de manera negativa,
marcando a qué usuarios no queremos apuntar con nuestros anuncios.
Muchas veces los anunciantes saben con certeza qué tipos de usuarios
no les son interesantes y por el contrario,
representan una amenaza para sus objetivos publicitarios.
En ese caso, pueden optar por incluir las segmentaciones de manera negativa,
y asegurarse de no llegar a ellos ni siquiera en el caso de que
uno de estos usuarios coincida también con una de sus segmentaciones positivas.
Por ejemplo, una marca de ropa femenina que quiera apuntar a usuarios
interesados en sitios de diseño, puede agregar el sexo hombre como una demografía
negativa en sus campañas, y asegurarse de llegar solo a mujeres en estos sitios.
De esta manera, se evitan costos innecesarios
y se mejoran las métricas como el CTR, o la tasa de conversión.
Segmentaciones cruzadas.
Las segmentaciones de la red de display son combinables entre sí,
lo que profundiza la capacidad de segmentación de usuarios que tiene.
Por ejemplo, un anunciante puede elegir aparecer frente a públicos interesados
en viajes, pero solo en los sitios donde se mencionan palabras como,
Costa Francesa, París o Torre Eiffel.
De esta manera puedo apuntar a estos usuarios promocionando viajes a Francia
con bastante seguridad de que serán anuncios relevantes para ellos.
También se pueden hacer combinaciones mucho más controladas,
como pedirle a Google aparecer en sitios con URLs específicas.
Pero solo ante usuarios que sabemos que son mujeres.
El riesgo, como con cualquier segmentación tan puntual y específica,
es terminar apuntando a un universo de usuarios tan limitado, que no se genere la
cantidad de tráfico necesaria para generar el impacto esperado con nuestras campañas.
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