lo que sigue es una transcripción automática RECOMENDAMOS EL USO DEL TEXTO
CORREGIDO POR M.L. HERNANZ
María Lluisa Hernanz es catedrática de lengua
española en el departamento de Filología española de la Universidad Autónoma de
Barcelona y es profesora investigadora del centro de lingüística teórica de la UAB.
Fue presidenta de la comisión de profesorado lector y profesorado
colaborador de la Agencia per la Qualitat del Sistema Univesitario de Cataluña.
Y entre sus publicaciones destaca su participación en varios libros y sus
numerosos artículos especializados en revistas de investigación y lingüística.
Profesora Hernanz,
una de las características de la lengua del joven protagonista Holden Caulfield,
de la obra capital de Salinger, El guardián entre el centeno o
El cazador oculto, es el uso de las estrategias expresivas uno, tú,
con sentido impersonal o genérico, que usted bautizó como de sentido arbitrario.
Y que aparece en numerosos ejemplos y numerosas manifestaciones en
las versiones españolas de el guardián entre el centeno.
En ejemplos como, para volverle a uno loco de deseo, dicen en la versión del 78,
de Carmen Criado, o para volverte loco de deseo en la versión de 2006.
O bien, cuando uno pensaba mucho en él, empezaba a preguntarse en
la versión del 78, o bien, en la versión de 2006, de la
misma Carmen Criado, si pensabas demasiado en él, empezabas a preguntarte, etcétera.
Pues bien, sobre este asunto, profesora Hernanz,
usted publicó en el 90 un trabajo importante que se tituló, y se titula,
en torno a los sujetos arbitrarios de segunda persona del singular.
Y que es esencial en la bibliografía sobre el tema.
Por tanto, sus consideraciones al respecto, que agradecemos you,
desde ahora mismo, van a ser muy autorizadas y pueden ser de gran interés
para nuestro curso MOOC sobre corrección y estilo en español donde entre
otros asuntos se toca este uso de las dos estrategias de uno, tú, impersonales
en las versiones españolas de El cazador oculto o El guardián entre el centeno.
Dicho este pequeño prólogo obligado, para situarnos,
nos gustaría saber cómo surgió su interés por el
estudio sobre los usos de las formas uno, tú, con sentido impersonal.
¿Qué nos puede decir de su atracción y de la relevancia de este asunto?
Bien, esta investigación arranca de mi interés,
que yo creo que you está perdido en la noche de los tiempos,
por los infinitivos, que constituyeron el tema de mi tesis doctoral.
Y en particular por la interpretación no definida, o impersonal, de los,
o interpretación arbitraria de los sujetos de ciertos infinitivos, por ejemplo,
querer es poder, es difícil escalar el Everest, no se sabe quién quiere,
quién puede, quién escala el Everest.
Vamos a decir que la investigación mía fue derivando, como todas las
investigaciones y también a lo largo del tiempo los problemas cambiaron.
De manera que finalmente me situé ante una
pregunta que es el desencadenante de este grupo de trabajos que hice.
Y la pregunta de investigación era a ver, cómo puede ser que una
forma pronominal tan radicalmente deítica, es decir señaladora,
si nos vamos al origen de la palabra deixis como el tú, señalar la
segunda persona del singular, pierde esa literalidad, lo que es el significado
segunda persona para pasar a significar como, para situarse en las antípodas, ¿no?
Para significar algo así como alguien, la gente es decir, cómo adquiere una
forma deíptica, señaladora valor general, esa era la pregunta de investigación.
Y a partir de ahí vamos a decir que anduve tiempo pues arrastrando como en mi
mochila de problemas de investigación esta cuestión estuve también, esto es
anecdótico pero bueno you que usted me pregunta, pues estuve en Estados Unidos,
y tengo que agradecer y está bien de vez en cuando poder hacer estas cosas, a un
lingüista que se llama Richard Larson, que está en Stonybrook, pues que se interesara
por mi problema en aquel momento y me situara en la buena dirección.
Fue él quien me dijo una serie de cosas algunas de ellas supongo que saldrán aquí
de una manera más o menos simple, que me situaran en la buena dirección.
Y bueno digamos que luego, a lo largo del tiempo, pues también esto me ha
interesado desde una segunda perspectiva, que es la docencia,
porque en una asignatura que es comentario lingüístico de textos, me he encontrado
con el problema de explicar las voces del texto desde una perspectiva lingüística,
y evidentemente esas formas pues sirven como maneras
de encubrir los yos, las diferentes voces que tiene el texto y de ahí
también pues ha surgido más recientemente un interés you colateral, más secundario
y vuelto sobre esto sería el aspecto relacionado con el interés.
En cuanto a la relevancia, yo diría que bueno,
para situar la cuestión, yo pienso que se entiende
esto mejor si ubicamos el uno y el tú,
de sentido impersonal, genérico, arbitrario, dentro de un paradigma más
amplio, porque el español tiene diferentes construcciones, con las cuales puede
expresar una interpretación genérica, arbitraria, indefinida, etcétera.
Las gramáticas tratan esto vamos a decir que de forma dispersa,
pero aquí lo vamos a agrupar muy rápidamente.
Tendríamos las impersonales reflejas, ayer se habló de política en la facultad,
no se sabe quién, ¿verdad?
Aquí se come muy bien, este sería un caso.
Luego tendríamos la tercera persona del plural, han dado la noticia a las seis,
¿quién ha dado la noticia?
Bueno, alguien, quien sea.
Me han robado el bolso, pero no se quién ha sido, un alguien.
Aquí tengo la tentación de citar un ejemplo de las,
para las terceras personas del plural, de Bello, que es, a veces en clase lo
he usado porque es muy ilustrativo, de este uso, que es una fábula de Samaniego.
Que me matan, favor, así clamaba una liebre infeliz que se miraba en
las garras de un águila sangrienta.
Evidentemente, la liebre, pobrecilla, estaba en las garras de un
águila sangrienta, sin embargo, la liebre dice que me matan,
en plural, y sabemos todos que ese plural es un singular.
Por lo tanto esto es un uso claramente sintáctico de, en este caso,
circunscribir el sujeto a un existencial alguien,
alguien me mata, favor, bla, bla, bla.
Este un segundo caso.
Un tercer caso, mis infinitivos famosos,
es peligroso nadar en el Cantábrico, que quien sea nade en el Cantábrico.
Urge resolver el problema del paro, etcétera.
Y, finalmente, las construcciones por las que usted me pregunta, el uno y el tú.
Bueno, si dices las verdades pierdes las amistades, si dice alguien las verdades si
uno dice las verdades pierde las amistades, si quien sea dice las verdades.
En el caso del uno, perdón, en el caso del tú, hay que matizar que
es una forma que no solamente es un tú, es una segunda persona del singular,
hablamos de tú de una manera más para simplificar, pero en realidad,
si te engañan aquí tenemos un te, que es exactamente el mismo fenómeno.
Si hablan mal de ti,
aquí tenemos un de, y un ti, que es exactamente el mismo fenómeno.
O si tus amigos hablan, un posesivo, etcétera.
Por lo tanto, aunque hablemos aquí de tú, estamos refiriéndonos a.
>> Claro, como si fuese una etiqueta.
>> Exacto.
>> Y sobre la distinción you bajando a algo, un escalón en nuestro, diríamos,
en nuestro inquirir sobre el asunto, si sobre la distinción entre exactamente los
usos de uno y de tú, ¿qué diferencias, qué relaciones, pues bueno,
hasta qué punto son intercambiables o no son intercambiables y qué
posibilidades ofrecen al hablante y al autor, diferentes?
>> Bueno, yo para lo que queda de conversación aquí, me parece importante
destacar que algunas de estas formas impersonales, llamémoslas así, de las que
hemos citado, tienen una interpretación existencial, equivalente a alguien.
Me han robado el bolso, es un alguien, cuando digo me han robado el bolso no
digo que todo el mundo me ha robado el bolso, un alguien.
Y otras tienen una interpretación genérica universal, si dices las verdades,
si cualquiera dice las verdades.
Por lo tanto esto sería una distinción que nos va a ir muy bien para todo lo que es
luego el tratamiento en la obra a la que usted se ha referido de
las formas tú y uno.
Centrándome you más en la pregunta las estrategias expresivas,
yo vería aquí como tres perspectivas, una perspectiva estrictamente sintáctica,
que es la que yo he investigado, sobre todo.
>> La de los datos.
>> La, la, el funcionamiento sistemático de esta construcción,
es lo que respondería a la pregunta,
yo diría que hay como tres preguntas, el cómo, el cuándo y el por qué, ¿no?
Sintácticamente es el cómo, sociolingüística y pragmáticamente es
el cuándo, en qué circunstancias se usa y estilísticamente es el por qué, ¿no?
Qué efectos retóricos se derivan.
>> Claro. >> De la elección entre.
>> Bueno, resumido en tres preguntas diríamos enunciativas o de etiqueta.
Muy bien, ¿verdad?
Entonces en términos sintácticos, muy rápidamente,
lo que necesitamos para nuestros tú, uno, ¿no?
Porque nos vamos a centrar en la pregunta que usted me hace.
Es un activador de genericidad, eso abunde un marco temporal genérico.
Esto sería como el resumen, quintaesenciado, de el ingrediente
sintáctico que necesitamos para que nos funcione un tú, que es una forma,
como he dicho, radicalmente señaladora y deíctica, como una persona general,
para usar la terminología de Salvador Fernández Ramírez.
Esto es fundamental.
En términos retórico estilísticos esta otra perspectiva, diríamos que,
una, a mi eso me llama particularmente la atención, y es lo que yo he desarrollado
más en clase, pues desde esta perspectiva más docente, y es que llama
la atención que es, bueno, llama la atención, resulta llamativo efectivamente,
que una forma general sirva como una estrategia de encubrir el guión, ¿no?
Esto que es también se ha comentado y Salvador Fernández Ramírez lo
comenta, ¿no?
Es decir, el yo se ampara en lo general para no tener protagonismo.
Y esto es un uso retórico clarísimo estilístico del tú, ¿eh?
Y esto como, es algo, you digo,
que señaló Salvador Fernández Ramírez, y es que es formidable, ¿no?,
que la lengua tenga esas fórmulas en donde vamos de un extremo al otro.
>> La misma María Moliner lo apuntaba en una definición breve que ella utiliza.
>> Es decir.
Exacto.
Sí, sí, sí.
>> you lo apunta esa función encubridora del lenguaje.
>> Sí, sí, esta no es ninguna originalidad mía, ¿eh?
O sea, yo simplemente destaco.
>> Usted destaca, muy bien.
>> Entonces, es como una fórmula, digo yo, que evita la incomodidad de un yo,
explícito, sin que ello suponga renunciar al yo implícito.
Es decir, no salgo en primera línea, pero estoy como agazapado.
Entonces, bueno, yo tengo ejemplos, esto es,
supongo que la docencia pues tiene quizás enormes ventajas, que me encantan y
que bueno, si me permite usted algunos de estos ejemplos de mi colección.
>> Un buen ejemplo es probablemente la primera,
la ilustración o la enseñanza más definitiva de cualquier concepto.
>> Sí. Bueno, pues, por ejemplo, a mi edad,
o sea, es para ver cómo el hablante pasa del yo, al tú,
con una absoluta tranquilidad, ¿no?
Y evidentemente, exacto,
a mi edad te importa cada vez menos lo que piensen los demás.
Empiezo hablando de mi edad pero cuando digo te importa, este te,
este te obviamente es todo el mundo.
O sea porque este te no es una segunda persona,
eso sería absolutamente una colisión, ¿no?
Por lo tanto solamente se interpreta bien si este te es la generalización,
que es perfectamente compatible con empezar de la manera más radicalmente,
vuelvo al término radical, personalizadora como es un a mi edad, ¿no?
Luego, otro ejemplo que empieza también curiosamente con mi edad.
Este era de La Vanguardia, del otro día,
este otro es de Jaime Salinas, el hijo del poeta, del año 2006.
A mi edad te, este sí que es más largo,
a mi edad te acostumbras a que los amigos no estén, a mi edad te acostumbras,
a que los amigos no estén, porque te das cuenta de que estás solo, ¿no?
O sea, empiezas con un a mi edad, pero luego te das cuenta de que bueno,
no puedes seguir con a mi edad y continúas con la segunda persona.
Bueno, tengo infinitos.
Si quiere, si quiere usted le doy un ejemplo del Rey.
>> ¿si?
>> Sí, este es de La Vanguardia del año 87, o sea que sale, una vez,
bueno el Rey visitó, no sé, estaba en algún país donde hubo un terremoto.
Y le preguntaron si se había asustado.
Respuesta.
No, no me asusté, primera persona, al producirse el terremoto.
¿Qué puedes hacer cuando estás en el piso 30 de un hotel?
O sea, empiezas con el yo no me asusto,
pero luego you el Rey podía haber continuado, ¿qué podía hacer yo?
>> you, claro.
>> Pero no continúa con el yo, ¿no?
Pone el todo.
>> Encubre aristocráticamente en ese tú, diríamos la capa del tú, muy bien.
Precisamente si me permite, yo ahora cambiaría y,
o entraría en algo en todavía en más detalle, vamos si, si,
entrando un poco pelando las distintas capas de la cebolla.
Usted en ese trabajo y en trabajos posteriores lo que hace es apunta
una serie de indicadores sintácticos que son los manifestadores
o los desencadenantes o los copartícipes necesarios en esa,
en esa estrategia del uno y del tú, me es indiferente.
Y concretamente usted señala exponentes en forma de circunstancias de lugar,
de tiempo, etcétera, verbos modales, o lo que podríamos llamar de
limitaciones enunciativas de sentido también condicional, temporal, de manera,
entre otros exponentes.
¿Cómo explica esa dependencia entre los diferentes que hemos podido llamar o
que llaman ustedes en algún momento exponentes sintácticos y
el uso de uno o tú con ese sentido genérico o arbitrario?
>> Bueno, yo lo que intentaba era buscar un
denominador común para explicar ese uso general del tú.
Y en principio podría resumir diciendo que lo fundamental, la condición sinecuanón,
para que haya tú general es una temporalidad genérica.
Es decir, es desproveer a la temporalidad de una oración de valor deíctico o
señalador puntual del presente, de aquí y ahora de la enunciación.
Esto es lo primero.
Y entonces existen maneras más allá de
la temporalidad en presente o en imperfecto, durativa, etcétera,
para conseguir este efecto de inmovilización de la temporalidad.
Y son los exponentes a los que usted se refiere.
Pero antes comento una pequeña cosa para que se entienda yo
creo que de una manera, sí, más claramente posible esta construcción.
Yo comparo con los enunciados genéricos.
O sea lo que pasa en un enunciado genérico es básicamente lo que pasa con un
tú general.
Si decimos en español los rinocerontes comen hierba,
aquí nadie se mueve a ver si hay un rinoceronte.
Pero si yo digo los rinocerontes están comiendo hierba,
miramos a ver si tenemos un rinoceronte, ¿no?
>> Exactamente.
>> Claro. Por lo tanto, ¿qué pasa?
Cuando digo los rinocerontes comen hierba, este comen está bloqueando la
capacidad deíctica o señaladora del artículo, con lo cual el lo se hace todos.
Y nos quedamos tan tranquilos porque aquí no hay rinocerontes.
Ahora, si yo digo están comiendo esto es puntual y
automáticamente eso repercute en el los, que deja de ser general,
equivalente a todos y pasa a equivaler a estos, demostrativo.
Bueno, pues es exactamente lo mismo lo que pasa con el tú.
Si yo digo, trabajaste aquí, hombre, vamos a ver, tú trabajaste aquí, quien sea, ¿no?
Pero si yo digo aquí siempre trabajas, aquí trabajas mucho,
en Alemania trabajas mucho, you no estamos mirando a nadie.
Por lo tanto tenemos el mismo fenómeno.
Es decir, unos elementos en la oración que bloquean la temporalidad,
la hacen genérica, y como consecuencia bloquean también la referencia del tú.
Es decir, la referencia temporal y la referencia nominal van a la par,
esa es la idea.
Y con eso se explica el tú y se explica el uno.
Esa es la, es como lo veo yo.
>> Muy bien.
>> Y a partir esos exponentes de que usted habla son
elementos coadyuvantes para conseguir esa temporalidad genérica.
SI yo digo, y le voy a poner un par o tres de ejemplos para que se vea.
Si yo digo, si comes mucho engordarás, se entiende que es alguien en concreto.
Pero si digo si comes mucho engordas, pasa a ser genérico.
Temporalidad genérica, es decir,
he anulado la consecutio propia de una condicional, presente, futuro,
la dejo plana, hago una temporalidad plana y consigo este efecto.
>> El tiempo es impropio, es cualquier tiempo.
>> Claro, es fundamental.
>> Y ese tiempo es el que permite que convierta lo otro en pro,
en pro referente.
>> Claro, claro o sea, la anulación de la marcación temporal,
de la referencia temporal anula la referencia al sujeto.
Esta es la idea.
>> Todos estos elementos que permiten, que son los que,
por eso la precisión y la diríamos, señalamiento de lo que
llaman ustedes exponentes para marcar o para convertir esos
tus deícticos señaladores en tus etiquetas de pro, pro referente.
>> Si me permite simplemente una pequeña cosa para aclarar.
>> Sí, sí.
>> A ver, esto es lo básico.
Quiero decir que quedándose con esta idea nos quedamos con lo básico.
Que luego tenemos elementos coadyuvantes, los verbos modales, yo que sé,
los adjuntos así a la izquierda, si tienes cosas como uno duerme,
aquí nadie entiende que esto es genérico, pero si yo digo uno tiene que dormir,.
you he ganado con este verbo modal, obvio que se trabajas,
eres un tú, es un tú, con este profesor trabajas, consigo es decir, que
habría estos elementos sobre los que usted me pregunta son elementos que propician,
eso es más técnico explicarlo mejor pero que propiciarían una temporalidad general.
>> Por eso la predicción de esos exponentes.
>> Exacto.
>> Muy bien, muy bien.
Pegamos un salto.
Pasamos a lo que podríamos llamar el territorio de los actos de habla y
concretamente sobre los actos de habla y en función de los actos que habla algunos
autores pues han señalado el, los usos estos
en unos de los modelos que usted apuntaba al principio de distintos
territorios o escenarios de explicación del asunto o del territorio
de la referencia y de la, del tiempo, el territorio de la sintaxis,
el territorio de la retórica y el territorio de la estilistica.
Bien, pues el territorio de los actos de habla y cómo pues estas estrategias
de genericidad se usan en actos de reflexión, de información,
de apelación, o de evaluación crítica, de comentarios más o menos críticos.
¿Cómo podríamos hacer una referencia al respecto a una precisión?
>> Bueno, yo le agradezco esta pregunta porque efectivamente
hay que pensar sobre, esa you sería una vertiente más como usted mismo ha dicho,
más pragmática, más estilística sobre la que he pensado más últimamente, ¿no,
más en relación pues con el análisis de textos, etcétera.
Y yo creo que para así decirlo de una manera un poco periodística y rápida,
habría como dos ingredientes,
yo a veces les digo a mis alumnos que esto de la sintaxis es un poco como la cocina,
tienen que aprender a condimentar el plato y saber lo que hay dentro del plato, ¿no?
Y con este ingrediente y esto hacemos o conseguimos tal efecto.
Los dos ingredientes que yo creo que son básicos en esta construcción a parte de
lo que hemos hablado you que es la esta formulación general,
la genericidad, la temporalidad, etcétera, es algo un
poquito misterioso según como pero quizás no tanto que es la inclusión del emisor.
El tú incluye al emisor,
esto también es otro milagro del lenguaje porque un tú incluye a un
yo porque si hay una antítesis es el yo que habla frente al tú que escucha.
>> La descripción clásica de los famosos semióticos.
>> Exacto.
>> Mayor y tú que montan a partir de ahí toda la semiótica.
>> Claro, claro, claro.
Pero si yo digo en esta casa comes a las cinco,
lo siento muchísimo, será una segunda persona pero yo estoy aquí detrás.
Yo también como a las cinco.
Pero si yo digo por ejemplo en esta casa comen a las cinco,
aquel famoso plural de antes, de me han robado el bolso,
este es totalmente exclusivo, yo no estoy en esta casa, comen ellos a las cinco,
quien sea una sola persona o la región pero yo estoy fuera.
Por lo tanto este ingrediente es muy importante, la inclusión del emisor.
Yo digo, ahora esto es puramente especulativo.
Que esto es, para mi sería como una especie de secuela del valor deíctico
señalador que tiene el tú, es decir el tú aunque se haga general no puede quedar,
o sea no puede dimitir todo lo que sería la, su valor enunciativo, etcétera.
Y de alguna manera queda algo allí que va a ser crucial yo creo para entender
la diferencia que existe estilística como usted me pregunta entre usar una fórmula
generalizadora como un cuantificador y un tú general, por ejemplo.
En esta, cuantificador, en esta casa todo el mundo come a las cinco.
Si yo digo en el lenguaje todo el mundo,
literalmente eso no tendría que excluir a nadie.
Pero yo puedo decir en esta casa todo mundo come a las cinco menos yo,
eso es perfecto.
>> Claro. >> Es una trampa curiosa, ¿no?
Como puede ser que yo me quede fuera cuando digo todo el mundo.
Sin embargo, en esta casa comes a las cinco menos yo.
Esto es horrible, no funciona.
Por lo tanto aquí hay como es, o sea la, por lo tanto el valor general
del tú siempre encubre en un rinconcito a un yo que está ahí agazapado y que
no acaba de ser expulsado de lo que es la construcción genérica, ¿no?,
frente a lo que sucede con el todo el mundo según vemos en este contraste.
Esto para acabar y responder su pregunta excluye a mi manera de ver
el tú y el uno de los textos científicos por mucho que sean formas generalizadoras.
Yo no puedo decir en las cuevas de Altamira pasabas frío,
en Atapuerca pasabas hambre, bueno a ver en principio yo o empatizo con los
habitantes de Atapuerca o de las cuevas de Altamira de hace no se cuantos miles de
años o millones en el caso de Atapuerca, y no me quiero ahora equivocar mucho.
Entonces bueno, en todo caso alguien podía decir sí, sí yo puedo ir a las cuevas de
Altamira y pasas frío, claro si soy el guía de las cuevas de Altamira.
Pero, si estoy hablando de un libro de historia,
hablo de la prehistoria, hablo de las pinturas obviamente no puedo decirlo.
Por lo tanto, yo creo que eso sería la explicación de que el
tú tiene un yo que le impide ser,
que sea equivalente a un cuantificador universal,
a un se que son formas mucho más asépticas como formas de generalización.
>> Pero entonces, precisamente por eso porque en el
fondo ese tú se convierte en una especie de cueva donde como
las imágenes aquel de Platón está un yo latente,
pues parece muy oportuno para pues los textos de reflexión, pero en
falsa modestia donde no se manifiesta el yo pero hace una reflexión en forma de tú,
no ocultando el yo, o para la apelación pero no tan violenta porque
no es en estilo directo, no es yo que interpela o en la evaluación crítica,
pues una crítica un poco más enmascarada, porque aparentemente pues
por eso de ese sentido quizás lo del, lo del, está muy bien lo de la hipótesis
de por qué ese uno y tú son tan factibles para este tipo de actos de hablar.
Pega un salto, me permite.
En nuestro curso ha aparecido este asunto porque, por el uso que en ello,
que en las distintas versiones del Catcher in the rye de Salinger existen en español,
concretamente existe la primera versión del 61 de Méndez de Andes donde se usa
exclusivamente el uno como para expresar esa, ese sentido impersonal o genérico.
En la siguiente versión del 78 de Carmen Criado en España se
usa exclusivamente también como la Argentina del 61 el
uno como estrategia expresiva para este tipo de expresiones.
En cambio, en la de Pedro Rey del 98 se introduce,
aparece de pronto ese tú como estrategia alternativa al
uno en versiones en expresiones paráfrasis, en expresiones equivalentes.
Y Carmen Criado de pronto en la edición del 2006 corrige
y transforma brutalmente la versión anterior del 78,
pues sistematiza esa, ese uso del tú con sentido genérico.
Podría apuntar algunas consideraciones sobre este proceso,
sobre este hallazgo de Pedro Rey y explotación al
máximo que hace Carmen Criado en el 90, en el 2006.
¿Qué le parece?
>> Bueno, a mi me parece absolutamente interesante este descubrimiento,
yo le felicito por toda la, en fin por esa historia que,
con la que me introdujo en su interés por el tema, etcétera, etcétera, ¿no?
Por lo tanto, no, me parece que es muy interesante pero por otra
parte también me parece que es bien como dicen los americanos, welcome ¿no?,
o sea es un resultado bienvenido.
Desde una perspectiva estrictamente teórica o sintáctica a mi me parece y lo
digo así de esta manera, desde una perspectiva estrictamente sintáctica esto
es predecible, o sea que se haya producido este cambio, ahora luego podemos hablar de
consideraciones más estilísticos, pragmático, retóricas, etcétera,
pero como dice mi buena amiga y segura buena amiga suya Victoria Escandel que es,
en fin se dedica, es una especialista en pragmática, por lo tanto nada sospechosa
de barrer para la casa sintáctica, digámoslo así,
lo que no permite la sintaxis no lo va a permitir la pragmática.
Eso va, eso dicho por Victoria Escandel, no lo digo yo.
>> Una adaptación de la frase de Salamanca.
>> Lo de Salamanca, exacto you lo he pensado, exacto.
Por lo tanto, a ver ¿Por qué digo que es un resultado bienvenido?
Por lo que antes comentábamos, porque el uno y el tú son formas de,
son personas generales, hemos hablado más del tú porque yo me he dedicado,
usted me ha preguntado, pero en uno es lo mismo.
Por lo tanto, lo que sí
es cierto que ambas se enmarcan en una configuración de genericidad,
se dan las condiciones de entrada sintácticas para que esto sea posible.
Y esto es tan posible como que en el,
sincrónicamente en un mismo texto y aquí tengo unos ejemplos para ilustrarlo.
Constantemente tenemos la coaparición, la cohabitación del uno con el tú.
Ejemplo de Maruja Torres,
por el contrario nunca se pierde uno en las urbes de la indiferencia.
Nunca se pierde uno en los lugares donde todo te es ajeno porque nada es humano.
Nunca puedes amarlos.
Uno, nunca se pierdan en los lugares donde todo en la misma oración,
you no hablamos de sintaxis discursiva sino sintaxis oracional.
>> Sí. >> Nunca.
Por lo tanto, ¿eso qué nos está diciendo?
Nos está diciendo que hay las condiciones sintácticas para que
estas formas puedan coaparecer.
Tengo un texto precioso que no tenemos tiempo aquí de Emanuel Bricel.
Bueno está en El país digital se puede encontrar Fortaleza que si sus
seguidores del curso quieren, van a El País
digital Emanuel Bricel Fortaleza, es un texto maravilloso para ver.
Yo le digo al principio para ver la cohabitación del uno con el tú.
Podría uno quedarse todo el día en la cama y formar con el
embozo de las sábanas en la barbilla la última barricada.
Vale, me salto cosas.
Cuando you dominas ese arte, sientes cada mañana la hora de levantarse
un extenso crujido por todos los huesos, la mitad más cruel de ti mismo,
la más impura y activa pugna por salir de tu cuerpo.
Si uno lo desea absolutamente con la mente fundida, esa mitad de la
persona se desliza por la carne, te abandona y se mete en el cuarto de baño.
Bueno, es fantástico.
>> Profesora Hernánz este ejemplo tan brillante, tan brillante yo creo que bueno
desmonta hasta cierto punto la hipótesis de que el tú de la versión,
de la última versión de Carmen Criado el uso exclusivo y sistemático del tú sea
una marca, otra marca de esas, de las características,
de los rasgos del idiolecto del narrador por el protagonista de coloquialidad.
Puede ser de coloquialidad en El Guardián pero you vemos que en ese texto que acaba
usted de citar, de un maestro de la prosa y del
columnismo literario pues evidentemente de coloquial absolutamente nada.
Eso es pensamiento, eso es etcétera,
eso es el lenguaje más culto que nos imaginemos.
Por lo tanto, quisiera qué entonces sobre lo de coloquial
o no coloquial que se apuntó que el mismo Salvador Fernández Ramírez cuando dedica
aquellas páginas tan extensas al asunto y que usted cita de vez en cuando pues eso,
advierte cuando, pues eso señalando que el uso del tú frente al uno pues
que estaría mucho más marcado por tonos de coloquial de bueno pues,
de ordinario, de familiar, etcétera, etcétera ¿no?
Contraposición a esto que usted acaba de señalar precisamente.
>> Claro, este caso que comentábamos antes ¿no?
Hay un detonante sintáctico que una vez
se da legitima hace posible tanto el uno, como el tú como un valor genérico.
Dicho esto, ¿qué diferencia habría entre el uno y el tú?
Desde una perspectiva más estilística, más sociolingüística, etcétera.
Y no mandamos tanto nosotros como las gramáticas, los hablantes,
la norma, etcétera.
Sabemos que la forma tú es una forma que hasta tiempos recientes se ha
estado relativamente estigmatizada más que la forma uno,
que se consideraba como una función más culta.
>> Sí. >> Más literaria.
Por lo tanto, yo entendería que sin ser naturalmente especialista en
literatura americana ni conociendo esta novela más que de una manera superficial,
aunque ahora you tengo mucho más interés por ella.
Y recordando lo que decía la Profesora Usantizaga en la
entrevista que usted le hizo.
>> Sí. >> Pues si verdaderamente este
adolescente protagonista de esta novela se tiene que auto firmar y una manera de
auto firmarse es el lenguaje, construir un lenguaje más transgresor pasaría también.
>> Claro.
>> Por un uso más coloquial.
Esto sería un aspecto que se podría considerar para responder a esa
pregunta ¿no?
>> Sí, bueno yo querría you ir terminando y agradeciendo su,
su, la aceptación de nuestra invitación de la invitación del curso,
para bueno pues esta intervención tan aclaradora.
Destacando pues eso,
una hipótesis que usted me señalaba el otro día preparando esta conversación que
me pareció particularmente brillante y que me pareció totalmente distinta
y además aclara muy bien en los datos, no en ningún tipo de especulaciones.
Es la distinción que usted hacía, que usted apuntaba de,
que me parece exclusivamente original y que nadie ninguna de la biografía,
ninguno de los títulos que se, que hemos podido diríamos leer para preparar esta
conversación, pues que nadie apunta y que es la distinción que usted hace de cómo
la estrategia del uno supone diríamos una elección con limitaciones expresivas.
Porque el uno tiene diríamos unas posibilidades más rígidas,
más cerradas, más limitadas y en cambio la estrategia del tú con la misma función,
con el mismo sentido, con la apare, diríamos bastante intercambiable, bueno la
prueba del nueve, de la intercambiabilidad entre el uno y el tú es el ejercicio que
hace Carmen Criado de sistematizar la invención de Pedro Rey y convertir todos
los unos de las ediciones primeras del Guardián y del Cazador en, en tús.
Y es decimos la, extremada riqueza de
posibilidades expresivas que presenta el tú frente al uno.
O sea, la abundancia de posibilidades de paradigma del tú si me permite ¿no?
Entonces vamos a ver, cómo nos podría precisar esa hipótesis,
esa distinción y por lo tanto esa bueno, explicación con datos sintácticos,
aquellos materiales tangibles de esa aportación o ese ejercicio que
ha hecho Carmen Criado de sistematizar en tú, todas las expresiones que
eran originariamente en las versiones anteriores el uno.
>> Bueno yo digo, muchas gracias por todo este preámbulo.
Yo digo una cosa muy pequeñita ¿no?
Que me parece pues vamos a decir bastante evidente y es la forma tú,
es una forma mucho, ¿por qué es más ágil y más versátil que la forma uno?
Dicho así ágil y versátil es una sintaxis, es así como recreativo ¿no?
Pero si nos vamos a la sintaxis lo que vemos es que yo puedo prescindir del tú y
me quedo con la función verbal.
Y mantengo la interpretación general,
si yo digo a veces tú piensas en las cosas que podrían pasar.
Pero yo puedo, esto es una interpretación general con el tú explícito.
Pero también puedo decir,
a veces piensas y quitando el tú la oración sigue siendo general.
Si yo trabajo con el uno, eso no puedo hacerlo.
Porque si yo prescindo del uno automáticamente la
flexión en tercera persona se, es ambigua.
Si yo digo, a veces uno piensa en los problemas de la vida.
Esto es general.
Pero si yo digo, a veces piensan los problemas de la vida, se acabó.
Valor genérico porque sin el uno el piensas, perdón el piensa tercera persona
del singular eso es referencial de una tercera persona del singular.
Y solamente puedo bloquear ese uso literal de tercera persona del singular de
la flexión verbal si tengo el uno.
Y eso lo hago en su, pero claro y eso tiene unas consecuencias en cadena.
Si yo cojo por ejemplo, vamos a poner el título de una novela de Marsé.
Si te dicen que caí, a ver si Marsé no hubiera optado por el tú,
el te en este caso.
¿qué hubiera tenido que decir?
Si le dicen a uno que caí.
Dios mio, que título de novela.
Si le dicen a uno que caí.
Claro, ¿qué pasa?
Que si, simplemente cambiamos el te,
segunda persona por la tercera persona le, si le dicen, no.
Necesito la uno.
Y esto es multiplicador.
Otro ejemplo.
Cuando tus amigos te critican te sientes mal, tus, te, tus posesivo,
te un complemento directo, te sientes mal.
O sea tengo tus, te, te y sientes, cuatro.
Si esto lo convertimos al uno, ¿qué me sale?
Cuando los amigos de uno le critican a uno, uno se siente mal.
Eso no hay quien lo soporte.
Es que es infumable.
Bueno, podría citar más ejemplos.
Pero es que, uno puede hacer el ejercicio yéndose al texto de.
O sea, para mí esto es estilístico y no tanto sintáctico porque la
sintaxis autoriza las dos formas como he dicho.
Yo también tenía sobre esto un pequeño pensamiento digo, ni que
venga dentro de 100 años un traductor y quiera hacer una genialidad con esta obra,
pues no podrá convertir el te en una tercera persona del plural.
Uno puede decir y uno se sentía, y tú te sentías pero y se sentían, no, no.
Y se sentían eso ya no es una generalización.
Por lo que decíamos que tienen valor existencial y
no universal la tercera persona del plural.
Por lo tanto, el resumen es este.
Las sintaxis autoriza las dos formas pero la estilística derivada de
un comportamiento sintáctico del uno y el tú como acabamos de ver con la
flexión verbal, etcétera, provoca una pesadez en el uso
del uno que explicaría la genialidad o
la originalidad de la traductora Carmen Criado en hacer esa conversión, ¿no?
>> Y Pedro Rey, >> O sea y de Pedro Rey.
>> Introduciéndola.
>> Exacto, exacto.
>> Como partiendo de esa posibilidad.
>> Exacto.
No me imagino hoy en día un adolescente, nuestros estudiantes en la universidad yo
no me los imagino usando el uno, en fin en sus intercambios ¿no?
>> Eso es.
>> Que es una cosa.
>> Totalmente rígido, inflexible.
>> Sí, sí, para mi sí.
>> Y además monolítico.
>> Exacto. >> Bueno para concluir con mi
agradecimiento y el de los seguidores de este curso.
Quisiera usted añadir alguna cosa,
destacar algún detalle sobre el asunto este o sobre sus reflexiones,
o investigaciones actuales específicas o colaterales,
también pueden ser muy interesante para nuestros seguidores saber
en dónde se está moviendo, qué le está preocupando últimamente.
>> En fin, ahora me están preocupando otras cosas que no tienen que ver con
esto, me estoy dedicando a temas de modalidad y polaridad, en fin.
Todo esto que se llama técnicamente la periferia izquierda del
español y de las lenguas románicas o sea que, estoy un poquito lejos de esto.
>> Bueno. >> Pero sí que le agradezco profesor y
colega y amigo de muchos años Santiago Alcoba,
pues que me hayas permitido volver a pensar sobre este tema.
Porque siempre que uno vuelve al lugar del crimen entre comillas,
no se si eso en fin, entre en el ámbito de las sintaxis,
en el ámbito de la realidad es una ventaja pero en el ámbito de la
investigación siempre cuando uno vuelve a los viejos temas descubre otras cosas.
>> Si me permite yo creo que hemos conseguido algo un poco,
al modo Socrático hacerle cristalizar.
>> Sí, sí, sí.
>> Con motivo de las reflexiones y del, y de las diríamos el
alejoneo al que nos hemos sometido y la hemos sometido con su permiso.
Pues realmente me ha dado la impresión de que hemos podido cristalizar alguna,
un par de ideas muy claras que van a ser realmente muy interesantes y
aleccionadoras para nuestros seguidores del curso.
>> Sí, sí. >> Gracias Profesora Hernánz.
>> Muchas gracias a usted.
Gracias.