En primer lugar, tenemos que tener claro que la relación entre los números o las
cantidades y los seres vivos no se reduce a los seres humanos, hay diversos
tipos de animales que tienen capacidad de operar con elementos cuantitativos.
Sabemos, por ejemplo, que las amebas pueden discernir cantidades, las hormigas,
los peces, abejas, salamandras, polluelos, delfines y muchos otros animales.
¿Para qué utilizan este tipo de característica?
Bueno, pues para realizar cálculos que tienen que ver con la noción del grupo,
de la cantidad de, por ejemplo, las crías que están a tu cargo o
la cantidad de mayores que se relacionan contigo.
Para hacer cálculos de movimiento, para hacer cálculos de distancia, para revisar
tareas de monitorización de la motricidad, por ejemplo, del desplazamiento.
Hay un experimento muy divertido con hormigas,
a las cuales si pones arco así se ve si son realmente son capaces de ver o no
que al alargarse sus piernas, la distancia que recorres es más larga.
Esto tiene que ver con un concepto que se llama subitización, que consiste en la
capacidad de percibir un grupo de elementos de forma inmediata y sin contar.
Por ejemplo, todos sabeis, de forma inmediata,
si cuando análisis un conjunto de objetos, hay dos,
hay uno o hay ninguno, incluso tres o cuatro, cinco,
pero si varían las formas de los objetos que tenemos en
cuenta y además hay demasiados, de golpe you no es posible
entender lo que estamos viendo de una forma automática.
Saber si en conjunto hay 75 ovejas o 93 chupis,
o 17 bolígrafos de forma inmediata es imposible,
aunque con dos o tres es algo que no necesitamos pensar.
Esto es una capacidad innata de los cerebros que utilizamos.
Hay otro aspecto relacionado, que es la idea de numerosidad,
la capacidad natural de entender los números.
Podemos, por lo tanto, llegar a la conclusión que de forma innata podemos
entender las cantidades y, en cierto modo, las cantidades implican números.