[MUSIC] Buenos días, buenas tardes, buenas noches, donde quiera que estén, bienvenidos a este curso de cómo persuadir. Mi nombre es David Casacuberta. Con mis compañeros Jordi y Oriol, soy profesor de filosofía en la Universidad Autónoma de Barcelona. Dentro de la temática, nos hemos repartido, yo me ocupo de explicar la importancia de las imágenes, y el objetivo de mi parte del curso. Va a ser convencerles de la importancia de la imagen en una argumentación y de cómo usar esas imágenes para realmente persuadir, y esto le dedicaremos una semana y una pequeña introducción, un pequeño. En la clase de hoy Me gustaría empezar como buen filósofo haciendo distinciones entre términos. Primero, ver que razonar y argumentar no es lo mismo. Razonamiento es una cosa que hacemos para nosotros mismos, tenemos una duda, tenemos un problema, tenemos algo que nos queremos aclarar, y razonamos para llegar a una conclusión. Pero ese razonamiento es bueno para nosotros, y eso es diferente a un argumento, razonar es diferente de argumentar. Yo puedo encontrar algo perfectamente razonable, y una persona no entender mi razonamiento, porque implica unos conocimientos que yo tengo y que lo he hecho explícitos. O puede estar realmente en contra, porque no comparte mis valores, no comparte mi acercamiento al conocimiento, no comparte pues, toda una serie de cosas. Un ejemplo clarísimo han sido estas elecciones americanas, el enfrentamiento entre Donald Trump y Hilary Clinton, donde claramente podíamos ver como cada grupo hacía oídos sordos a lo que decía el otro y tenían imágenes realmente contrapuestas. Así parecía imposible ponerlos de acuerdo. Porque es eso, no tenemos que razonar, necesitamos argumentar, construir un argumento. Ureol you les ha contado un poco la importancia de las palabras. Pero me gustaría indicar que un argumento no es solo palabras. Un argumento también es imagen. No necesariamente, o sí necesariamente, ¿Por qué no? En realidad, cuando argumentamos, a no ser que estemos argumentando en un chat, nadie nos ve ni la cara ni nada, y estamos utilizando texto, una argumentación aunque sea en un bar estamos dando una imagen, la imagen de nosotros mismos. Y transmitimos confianza, emoción, etc. Le gustaría poner un pequeño ejemplo donde esto quedara más claro. Es un clásico cuando se habla de retórica, es el debate televisado entre George Bush padre a la izquierda y Bill Clinton a la derecha, para la presidencia de los Estados Unidos. Los expertos en politicólogos de argumentación coinciden en que debate fue clave para darle la victoria a Clinton, y que Clinton ganó, no por su capacidad argumentativa textual. Sino por su habilidad retórica, por la imagen que él daba de sí mismo y que dio en concreto en ese debate. Uno de los momentos clave es cuando se le cede el permiso al público para hacer preguntas. Y la persona que tienen ahí en el fotograma les lanza una pregunta sobre cómo les afecta a él las crisis personal. Entonces, ese momento en que los candidatos quieren responder. En el enlace de abajo pueden, y luego añadiremos también en la documentación, pueden ver ese fragmento y son cuatro minutos y son muy relevantes, su gran importancia. Qué imagen damos mientras argumentamos. Entonces, ¿cómo reaccionaron a la pregunta los tres candidato, cómo respondieron? Veamos primero como lo hizo Bush padre, mirándose el reloj. ¿Cuándo acabará este rollo? Y qué le digo a esta tía si me importa tres pepinos. No se puede entrar peor en las preguntas del público, esta imagen de esta persona me está molestando, esta persona me está haciendo perder el tiempo. Evidentemente eso genera una imagen muy clara del público. El público solamente dejó de escuchar lo que estaba diciendo Bush, solo you en ese momento pensando. Le están preguntando sobre cómo le afecta la crisis personalmente y se mira el reloj. Claro, a este tío no le afecta la crisis, este tío está totalmente alejado del puebo, este tío no puede ser el presidente. Bien, ¿qué hizo Bill Clinton?. Se ve mejor en el vídeo, pero él lo que hace es automáticamente, se levanta y se encara a aquella persona que está preguntando. Aquella persona es lo único importante en aquel momento, está hablando solo para ella. Si ven el vídeo verán la expresión facial de esa persona mietras Clinton le habla le está diciendo si, tienes razón. Y si escuchan el texto verán que Clinton tampoco da un gran argumento, también responde con vaguedades típicas de los políticos. Pero está transmitiendo la imagen correcta, yo me preocupo. Esa era en realidad la pregunta: ¿Cómo le afecta esta crisis? A mí me afecta porque soy uno de los vuestros y haré algo para solucionarlo. El del fondo que sale tantas veces, por curiosidad es Ross Perot, es el tercer candidato. you saben que en Estados Unidos el tercer candidato nunca tiende a apelar, entonces nadie habla mucho de él. Pues aquí se ve muy claramente la capacidad retórica mucho mayor de Clinton independientemente de los contenidos, que vienen a ser muy similares en realidad. Y como una imagen vale más que mil palabras, ahí este fotograma que dice mejor que mis argumentos quién ganó el debate. Esa es la expresión de Bush de, Dios, este tío me ha vencido. Pues esa es la idea, si queremos argumentar bien hemos de vigilar también todo el aspecto de la imagen al rededor. Y no me refiero solo a nuestra imagen personal, que es lo que quería dedicarle hoy, que esto forma parte de otro tipo de curso más de dicción y ese tipo de cosas que nosotros no cubrimos. Lo he hecho sobre todo para entender la importancia de utilizar la imagen correcta para transmitir la emoción correcta, la confianza. En próximas sesiones iremos viendo todo este tipo de cosas. De momento, pues muchas gracias y nos vemos en la tercera semana, donde desarrollaré esta idea de argumentar con imágenes. Buenas tardes, buenos días, buenas noches, donde quiera que estén. Hasta pronto.