Hola, soy Blanca Miedes, de la Universidad de Huelva y del Laboratorio Iberoamericano de Iniciativas de Innovación Socioecológica y en este curso de: "Transiciones urbanas: visión internacional de temas emergentes de las ciudades", voy a compartir con ustedes la sesión que tiene que ver con las tendencias en el mundo del trabajo y del empleo y su incidencia en el futuro de las ciudades. A modo introductorio, hemos grabado dos vídeos, uno que tiene que ver con cuestiones más generales sobre el trabajo y el empleo en el contexto de la transición socioecológica y un segundo vídeo en el que introduciremos ya cuestiones más específicas, tendencias más específicas, pues se están produciendo, actualmente, en el mundo del empleo y que creemos que puede animar el debate sobre el futuro del trabajo y el empleo en las ciudades que tendremos en la sesión a distancia, pero online. El primer término que me gustaría introducir es este de "sistema socioecológico", ¿qué es un sistema socioecológico? Un sistema en el que una cultura, una determinada cultura, coloniza un espacio natural del que forma parte y lo explota de una forma característica para reproducir sus condiciones de vida y con ello genera una determinada estructura biofísica, una estructura biofísica que tiene un determinado perfil metabólico en función de la energía y materia que use, y también en función de los residuos y desechos que salgan de ese proceso. Este concepto de sistema socioecólogico es un concepto muy operativo que nos sirve para comprender la integralidad y la interrelación entre los diferentes desafíos socioecológicos a los que nos enfrentamos. Hoy, uno de los problemas que tenemos es que estamos procesando o estamos utilizando más energía de la que podemos o de la que somos capaces de renovar en el sistema y estamos emitiendo más residuos que los que el sistema natural es capaz de absorber. Por ejemplo, en temas de carbono en la atmósfera o en temas de plástico, que también nos están desbordando. Entonces, al acoplamiento que existe, al acoplamiento dinámico que existe, tanto en un espacio temporal que puede ser más corto o más largo en función de la estabilidad que se produzcan entre las interacciones de la cultura, el sistema natural y ese metabolismo en la estructura biofísica, digamos, que al equilibrio dinámico de esos componentes es a lo que llamamos "régimen socioecológico". Las personas que estudian estos procesos lo que dicen es que a lo largo de la historia de la humanidad podemos pensar en que hemos estado viviendo en tres regímenes socioecológicos diferentes. El primero es el de la sociedad de caza y recolecta, que tenía un perfil metabólico muy bajo, con poco uso de energía y poca emisión de residuos. De ahí pasamos a la sociedad agrícola ya más intensiva, en uso de energía y con mayor emisión de residuos. De la sociedad agrícola pasamos a la sociedad industrial, donde el perfil metabólico se nos ha acabado disparando. Todo esto hace o nos interroga o nos interpela sobre la cuestión de cómo y de qué manera esa tensión que se está produciendo en nuestros sistemas socioecológicos van a acabar derivando en un sistema socioecológico diferente y, ¿hasta qué punto? Podemos orientar esos procesos. Está claro que en los diferentes lugares del mundo están en distintas fases de esos regímenes socioecológicos. Hay espacios más agrícolas, pero, prácticamente, todo el mundo está en el espacio de sociedad industrial y muchos de otros espacios y, particularmente, las ciudades o las megaciudades están en ese régimen, en esa tensión de transición hacia otro régimen socioecológico. La pregunta es, ¿qué cambios en el trabajo humano se pueden esperar de esta transición? Para eso, para analizar los cambios podemos pensar en términos de cuánto se afecta a la cantidad de trabajo que se tiene que desarrollar, de cómo se va a afectar a las características, las capacidades cualitativas en las que va a consistir ese trabajo, y también podemos pensar en cómo van a cambiar los marcos institucionales, pero antes de esto hay que pensar claramente, hay que definir claramente o concretar cómo distinguir el trabajo del resto de las actividades humanas. Normalmente, se conviene que el trabajo humano tiene que ver con el uso del tiempo humano en un contexto social y distributivo de producción de bienes y servicios que sirven para la reproducción de la vida. Desde ese punto de vista, si analizamos el tiempo que nosotros utilizamos actividades de producción de bienes y servicios que nos sirven para reproducir la vida, aquí tenemos como cuatro espacios. Uno es la auto-reproducción, todas las actividades que hacemos a lo largo del día para reproducirnos como seres humanos, que ahí, como las personas que somos, ahí no se establecería una una relación social, pues estamos hablando de dormir, de comer, de descansar, de aprender. Ahí no estamos generando una relación intersubjetiva, el resultado de la actividad es para nosotros mismos, entonces, eso habitualmente no se considera trabajo. Pero si hacemos esas tareas también, que tienen que ver con cuidados de los cuerpos y los espacios en el seno del hogar, que también tienen que ver con la reproducción personal, pero desde un punto de vista intersubjetivo. Y ahí colocaríamos todo el trabajo de cuidados, como digo, de espacios y de cuerpos. También, realizamos muchas actividades de producción y bienes y servicios en el contexto de la comunidad, para generar los espacios comunes que nos permiten que la vida sea lo que es, tanto el tiempo que empleamos en toma de decisiones colectivas como en participaciones a grupos y a campos de acción diversos, con los cuales generamos esa materia prima de la socialidad. Ahí, el trabajo que se realiza en esos espacios tiene algunas características de lo que luego se va a trabajar, empleo. Luego, es tanto un trabajo que se realiza en la reproducción de la economía general, que es a lo que solemos llamar trabajo, es todo el trabajo que se realiza para la producción de bienes y servicios, que van a ser vendidos en el mercado. A esto es, a lo que, normalmente, cuando desde el punto de vista económico o en general se habla de trabajo, normalmente, nos estamos refiriendo a esto. No obstante, las otras dos formas de trabajo, la reproducción en el hogar y la reproducción en la comunidad, son igualmente formas de trabajo que marcan, determinadamente, nuestra calidad de vida. Y que en tiempo, las encuestas de tiempo dicen que son aproximadamente la mitad del tiempo, es decir, que es tan importante el tiempo que dedicamos a esos dos espacios, como el tiempo que dedicamos a la reproducción de la economía en general. A lo largo de los diferentes regímenes, de los que estamos hablando, socio ecológicos, el tiempo de trabajo ha ido cambiando, y las sociedades cazadoras, recolectoras y en las primeras sociedades agrícolas se empleaba menos tiempo. Luego, las sociedades agrícolas de granja en ganadería tradicionales, éstas ya empleaban más tiempo, y a lo largo de la evolución hacia los estadíos industriales, el tiempo de trabajo ha disminuido ligeramente. En estos contextos siempre hay una característica, que es que las personas que mayor estatus tienen son las que más tiempo dedican a su propio trabajo de auto-reproducción personal y menos a los otros elementos. Y en cuanto a la evolución de las características cualitativas, si bien en las épocas preindustriales, la fuerza física era el elemento determinante de ese trabajo, en las sociedades industriales, el elemento más importante era el elemento cognitivo; el conocimiento y la capacidad intelectual eran factores determinantes para el desarrollo del trabajo. A medida que las tecnologías y la inteligencia artificial han ido, y van sustituyendo las capacidades cognitivas necesarias para realizar, en muchos trabajos, incluso, inutilizándolos, o dejándolos sin sentido, las características más apreciadas, más necesarias el trabajo humano en los nuevos contextos, es lo que podemos llamar posindustrial, serían las que tienen que ver con la empatía y con las capacidades emocionales que no son sustituibles ni reemplazables por máquinas. En cuanto a las formas institucionales de trabajo, son los contextos en los que estas actividades de producción de bienes y servicios se pueden desarrollar, se distinguen, normalmente de consenso, unas seis formas, cuyo carácter y contenido han ido variando a lo largo del tiempo. Por ejemplo, la forma institucional de trabajo, institucionalizada durante siglos en la humanidad, ha sido la esclavitud; y claramente, ocupaba una parte importante del trabajo de producción de bienes y servicios y de reproducción, también, en los hogares y la vida comunitaria. Después, en las épocas más feudales, de sociedades más complejas se pasó también a la servidumbre; que es un tipo de trabajo que todavía se mantiene en el trabajo agrícola en algunas regiones del mundo. Hay un contexto institucional que es el de los servicios colectivos, que pueden ser de carácter obligatorio, como los servicios, las prestaciones sociales que son obligatorias, o la actividad del ejército, los servicios militares que son obligatorios o pueden ser voluntarios, esos servicios colectivos cuando participamos en asociaciones. Luego está el trabajo por cuenta propia, que es un trabajo que realizan las personas vendiendo bienes y servicios que elaboran por cuenta propia, en el marco de sus propios emprendimientos. Este suele ser un trabajo muy vulnerable. De hecho, la OIT dice que el 40 por ciento del empleo en el mundo está aquí, y lo caracteriza como empleo vulnerable. Y luego está la forma de trabajo asalariado, que puede ser el trabajo que se realiza por una contraprestación económica, que puede ser en el marco de una economía formal, regulada por unos bienes o derechos o en el marco de una economía informal. Y luego, está el trabajo familiar que se desarrolla dentro de los sistemas domésticos, y que constituyen la forma de reproducirnos dentro de las familias, de cuidar los cuerpos y de los espacios, pero también, sobre todo, en sociedades agrícolas implican la realización de una actividad para mercado. Esas son las formas institucionales que abarcan el mercado de trabajo en el mundo. La esclavitud y la servidumbre siguen siendo residuales, pero el trabajo por cuenta propia, el trabajo familiar, tienen tanta importancia como el asalariado, y los servicios colectivos, también son muy importantes. Concluimos este video introductorio sobre cuestiones generales sobre el trabajo y el empleo, distinguiendo muy claramente estos dos conceptos. Trabajo es lo que estamos diciendo, el uso del tiempo humano en un contexto social distributivo para la producción de bienes y servicios, para la reproducción de la vida. No obstante, el empleo podría decirse que es una categoría sociológica que tiene que ver con cual es el estatus asociado a ese trabajo, sobre todo, cuando este se hace en el mercado de trabajo, es decir, cuando se trata de trabajo asalariado, y esas características, en esa categoría sociológica, ese trabajo viene determinado por las modalidades de entrada y salida en el mercado de trabajo conjunto de la persona que tiene el puesto y sobre todo, en cómo se traduce esa situación en estratos sociales. Tanto en el trabajo como en el empleo, esta transición de los sistemas industriales hacia otro espacio que podemos llamar "post-industrial" o con un nombre que acabe cristalizando, en esa transición se están produciendo importantes cambios, que es lo que analizaremos en la sesión y que vamos a continuar introduciendo en el segundo vídeo. Muchas gracias.